La voz era dulce, la mirada tierna, la sonrisa bella, el vientre amoroso... Nos cogimos de la mano y nos fuimos en busca de ese tópico antojo que anunciaba “la llegada”. Caminábamos por la calle Tamayo y Baus felices de nuestra pronta paternidad y estábamos llenos de luces pero también llenos de sombras.
El 27 de marzo de 1974 era un de esos días donde la naturaleza desborda todas sus energías. Estábamos ya en primavera, pero era una primavera tímida que el invierno retenía. El sol se oculta para dejar paso a las nubes. Las nubes huyen obligadas por los soplos de los vientos. La lluvia calma los vientos y el frío y el calor se confunden. Era el Día Mundial del Teatro y en ese día dimos la bienvenida a Daniel. Eran las diez en punto de la mañana y con toda la fuerza de un Aries acudió a mis brazos mi hijo. Un nuevo sentimiento nacía en mí. A partir de ese momento mi corazón estaría ocupado eternamente. Daniel me daría los ánimos suficientes par seguir batallando en este duro oficio.
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A LAS DÍEZ DE LA MAÑANA DEL JUEVES DIA VEINTIETE DE MARZO DE MIL NOVECIENTOS SETENTA Y CUATRO CON LOS OJOS AZULES Y CUYA SANGRE ES RH NEGATIVA NACIÓ: DANIEL PÉREZ CLIMENT EN EL HOSPITAL CLÍNICO DE MADRID SITO PLAZA DE CRISTO REY. FUE UN DIA DE SOL NUBES FRIO VIENTO LLUVIA...
A las doce de la mañana del 16 de marzo de 2007, se me ha notificado con gran alegria que se ha puesto en camino y que llegará dentro de nueve meses, un nuevo ciudadano del siglo XXI. Quiero decir que me hacen abuelo. Jo, una nueva etapa y un nuevo sentimiento renace. Felicidades a sus padres Nadia y Daniel. A sus abuelos Pilar y Juan, a su bisabuela Pilar. Alegraros conmigo.
